Ecología del Paisaje, Intervención Socioambiental y Teorías del Decrecimiento: Hacia un Desarrollo Económico Humano y Sostenible

06.09.2024

La relación entre la ecología del paisaje y la intervención socioambiental ha cobrado creciente relevancia en un contexto global donde las crisis ambientales, sociales y económicas exigen nuevas formas de pensar y actuar. En este marco, las teorías del decrecimiento surgen como un enfoque crítico frente a la economía neoliberal, proponiendo un replanteamiento radical del desarrollo económico y la gestión de los recursos naturales.

El decrecimiento se basa en analizar nuestras necesidades reales. El decrecimiento suele representarse con un caracol. Imagen:degrowth.weebly.com/ 

Ecología del Paisaje e Intervención Socioambiental

La ecología del paisaje se centra en el estudio de las relaciones espaciales y temporales entre los elementos bióticos y abióticos que conforman un territorio. Su objetivo es comprender cómo los patrones y procesos ecológicos a diferentes escalas espaciales influyen en la biodiversidad y en el funcionamiento de los ecosistemas. La intervención socioambiental, por otro lado, busca aplicar este conocimiento en la gestión y planificación del territorio, integrando consideraciones ecológicas con aspectos sociales, culturales y económicos.

Estas dos disciplinas están intrínsecamente ligadas, ya que cualquier intervención en el paisaje tiene un impacto directo en su ecología, y viceversa. Un enfoque integrador permite abordar problemas complejos como la fragmentación del hábitat, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, al tiempo que se considera el bienestar humano y la justicia social. La integridad ecológica del paisaje es clave para garantizar la resiliencia de los ecosistemas y la sostenibilidad a largo plazo de las comunidades humanas que dependen de ellos.

"Vivir mejor con menos, es necesario, justo y equitativo "

Teorías del Decrecimiento: Una Respuesta a la Economía Neoliberal

Las teorías del decrecimiento emergen como una respuesta crítica al modelo de crecimiento económico perpetuo promovido por la economía neoliberal. Este paradigma, centrado en la acumulación de capital y el consumo desenfrenado, consumo insaciable de energía ha llevado a la explotación excesiva de los recursos naturales, la degradación ambiental y el aumento de las desigualdades sociales. El decrecimiento propone un cambio hacia un modelo económico que priorice el bienestar social y ambiental sobre el crecimiento económico medido exclusivamente en términos del producto interior bruto (PIB).

Como ha señalado Jason Hickel, antropólogo económico, en su libro Menos es más. Cómo el decrecimiento salvará al mundo (2023), el PIB se ha situado como el único elemento  indicador de bienestar en las ciudades contemporáneas. Lo relevante, a nivel macroeconómico, es que la cifra del PIB crezca constantemente, aunque en términos sociológicos y antropológicos suponga una merma real en la calidad de vida de los individuos o se traduzca en una mayor injusticia social o injusticia social,      

Uno de los principales argumentos del decrecimiento es que el crecimiento económico infinito es incompatible con los límites finitos del planeta. Pide un nuevo y virtuoso círculo de moderación en asuntos económicos, basado en ocho principios, los "8 ":  revalorizar, reconceptualizar, reestructurar, reubicar, redistribuir, reducir, reutilizar, reciclar. La transacción ecológica que propone el decrecimiento implica una reducción planificada y equitativa del consumo y la producción, acompañada de un cambio hacia formas de vida más simples y sostenibles. Este enfoque cuestiona la idea de que más es siempre mejor, abogando en su lugar por una "prosperidad sin crecimiento", donde el énfasis está en la calidad de vida y la equidad social.

"Nuestra sociedad se enfrenta a un profundo dilema. Dejar de crecer es arriesgarse al colapso económico y social. Perseguir el crecimiento a toda costa es poner en peligro los sistemas ecológicos de los que dependemos para nuestro propio crecimiento". 
Tim Jackson (1957-)

Decrecimiento frente a la Economía Neoliberal

El decrecimiento ofrece una serie de beneficios en comparación con la economía neoliberal, pero también presenta desafíos significativos que deben ser considerados. Entre las oportunidades que ofrece el decrecimiento se destacan:

  1. Sostenibilidad Ambiental: Al reducir el consumo de recursos y la producción de residuos, el decrecimiento contribuye a disminuir la presión sobre los ecosistemas y a mitigar el cambio climático.

  2. Equidad Social: El decrecimiento promueve la redistribución de la riqueza y el acceso equitativo a los recursos, lo que puede ayudar a reducir las desigualdades sociales y mejorar el bienestar general.

  3. Resiliencia Comunitaria: Al fomentar economías locales y formas de vida más autosuficientes, el decrecimiento puede fortalecer la resiliencia de las comunidades frente a crisis económicas y ambientales.

Sin embargo, el decrecimiento también enfrenta varios desafíos:

  1. Resistencia Cultural y Política: El decrecimiento desafía los valores y normas profundamente arraigados en las sociedades contemporáneas, como el consumismo y la búsqueda del éxito material. Esta resistencia puede dificultar la implementación de políticas de decrecimiento.

  2. Impacto Económico a Corto Plazo: La transición hacia una economía de decrecimiento puede implicar una reducción del empleo en sectores dependientes del crecimiento y el consumo, lo que podría generar inestabilidad económica a corto plazo.

  3. Desafíos en la Gobernanza Global: La implementación del decrecimiento requiere una coordinación global y una gobernanza justa, lo que es difícil de lograr en un mundo dominado por intereses económicos y políticos dispares.

Ejemplos Actuales: Caminos hacia la Sostenibilidad

Algunos ejemplos actuales demuestran cómo las ideas del decrecimiento están siendo aplicadas en diversas escalas y contextos:

  • Ciudades en Transición: Movimientos como el de las "ciudades en transición" promueven la autosuficiencia energética y alimentaria, la economía local y la participación comunitaria. Estas ciudades buscan reducir su dependencia del crecimiento económico global y crear comunidades más resilientes y sostenibles.

  • Agricultura Regenerativa: Este enfoque agrícola se basa en principios del decrecimiento, como la reducción del uso de insumos externos y la restauración de la salud del suelo. La agricultura regenerativa contribuye a la integridad ecológica del paisaje y a la producción de alimentos de manera sostenible.

  • Políticas de Bienestar: Algunos países nórdicos han comenzado a explorar políticas que priorizan el bienestar sobre el crecimiento económico. Por otro lado, el gobierno de Nueva Zelanda ha implementado un "presupuesto del bienestar" que asigna recursos basados en indicadores de bienestar social y ambiental, en lugar de centrarse únicamente en el crecimiento del PIB.


Hacia un Nuevo Equilibrio entre Decrecimiento y Bienestar Social

La ecología del paisaje y la intervención socioambiental, en sinergia con las teorías del decrecimiento, ofrecen una visión transformadora para el futuro de nuestras sociedades. Un desarrollo económico más humano y más ligado a los límites de la naturaleza no solo es necesario, sino también posible. Sin embargo, este camino requiere un cambio profundo en nuestras formas de pensar y actuar, tanto a nivel individual como colectivo.

"Todo necio confunde valor y precio"
Antonio Machado (1875-1939)

Para construir un nuevo equilibrio entre decrecimiento y bienestar social, es esencial fomentar la educación y la conciencia ambiental, desarrollar políticas públicas que apoyen la transición hacia economías sostenibles, y promover la participación ciudadana en la toma de decisiones. Solo así podremos crear paisajes ecológicos íntegros, donde la vida humana y no humana pueda prosperar en armonía.

En última instancia, el éxito del decrecimiento dependerá de nuestra capacidad para redefinir el concepto de prosperidad, alejándonos de la idea de crecimiento infinito y abrazando un modelo económico que respete los límites ecológicos del planeta, al tiempo que mejora la calidad de vida de todas las personas. Al hacerlo, no solo estaremos protegiendo el medio ambiente, sino también construyendo un futuro más justo y equitativo para las generaciones venideras.